Sunday, November 24, 2013

Angel Ontalva, 13 cuestiones

Isla Purgatorio cover art


Isla Purgatorio (Clamshell Records, Noviembre 2013), ultimo trabajo compuesto por Ángel Ontalva (1965) es una obra para cuarteto, que cumple las mejor definición que Goethe aplicara al Cuarteto de cuerda clásico: una conversación entre cuatro personas razonables. Quien compone, invita, siempre lo hace hacia un espacio compartido y mediante un tema sobre el que dar vueltas. Angel Ontalva, guitarra, apadrina la autoría de todas las composiciones de este proyecto, que desarrolla, desde una clara confesión de afecto por el sonido Canterbury, la necesidad de explorar la evolución de este momento de la historia del rock británico hacia cada una de sus mil ramificaciones, el free jazz, la improvisación y el jazz rock, las músicas del mundo, la improvisación libre. Siempre que definimos un género asistimos a cómo nuestros tiempos lo agujerean, haciendolo poroso y abierto a todo el resto y desdefiniendo -desmereciendo- la palabra que quisiera explicarlo.

 


Las composiciones de Ángel son una invitación: el mantel colocado, la definición amistosa que provoca este trabajo, es la de crear compañia; la del grupo, cimentada por ese dificil adhesivo que es la amistad, que da vueltas conjuntamente. Eso significa etimológicamente conversación, del verbo verto >girar, dar vueltas conjuntamente alrededor de las variaciones de un tema, que siempre es un pretexto.

Hay dos líneas especulares en el centro de diálogo de este trabajo. Una trabada base rítmica, perfectamente empastada que hace sólida y en muchas ocasiones unísona una perfecta forma de apoyo que se convierte en melódica, sin trastornar su espacio propio, formada por Amanda Pazos y Vasco Trilla, ante (cabe, con contra) la que dialoga el saxo de Alfonso Muñoz, que presenta la principal variante en el desarrollo del grupo, al sutituir al contrapunto que Victor Rodriguez ofrecía en los teclados. La aportación es muy notable, el soplo de la improvisación se hace más patente, hace más personal la propuesta, alejada de las bases y referencias RIO del grupo. Ángel construye el siguiente contrapunto a estas cuatro líneas en despliegue, como en permanente fuga. Guitarra autodidacta de talento, pertenece a una generación marcada por la necesidad de construir una referencia personal ante una tradición que los media comenzaron a hacer omnipresente. La velocidad de las influencias de la generación de músicos y compositores que se asomaron a la explosión de Internet, pero que antes había vivido de lleno la fascinación heróica de la eclosión del rock de los 60, desde King Crimson a Henry Cow, y que a su vez se encontraron en la mejor época de su desarrollo como creadores, las espinas de una industria de la cultura musical en descomposión, con medios, discográficas y modelos sumidos en una duda eterna, es la de hacerse un terreno propio, sobre la sombra de estos heroes huídos.



Pienso como referentes en los que han podido escapar a esa explosión y secuestro de influencias, como Steven Wilson (1967), Markus Reuter (1972) o Jakko Jakszyk (1958), envueltos en su primeros desarrollos en bandas de culto a esos ídolos y que ahora están proponiendo, al alcanzar una distancia apropiada a modelos que siguen repetando, una intensa voz personal que, graciosamente, hace que los referentes desciendan a aprender de sus lecturas. La tremenda ventaja de esta escuela de emulación es que las referencias técnicas son fuertes, y que la lectura obsesiva de sus bases han llevado a que en muchos casos se trasciendan, mejoren y continúen allí donde el modelo se detuvo. Las influencias, se dice, son como las armaduras, a los débiles les aplastan y a los fuertes les protegen. Las de Angel son claras y definibles: Terje Rypdal, Fred Frith, Hans Reichel, René Lussier, Jim Hall, Derek Bailey... Lo ingenuo sería no saber que todo lenguaje posee una trasfondo organizado que es necesario conocer, abrazar y enfrentarse a la posibilidad de ser devorado por su influencia, como la de un satélite que no encontrara fuerza para establecer fuerza gravitatoria propia.



Isla Purgatorio se enfrenta a todas estas premisas: apuesta por una compañía precisa, la del cuarteto, en donde la necesaria armonía de las cuatro voces no impide un desarrollo medido de cada una de sus líneas: el valor de las composiciones de Ontalva es la de colocar este espacio, de compartir el tiempo de modo que la conversación sea razonable, posea un fraseo preciso, disponga de los silencios arquitectonicamente, busque la variación suficiente para que modelo fijo -guitarra, bajo, bateria, saxo- sea ameno y explore condiciones sorprendentes en este sonido de camara. Conseguir una clara definición de las personalidades que componen el grupo, sin que se vean sometidas a su tiranía es la dificultad principal de todo trabajo colectivo y uno de los aciertos centrales no solo de este trabajo, sino del desarrollo de las propuestas de Ángel. En castellano se define mediante una palabra certera: respeto. El respeto es una herramietna de composición que habla de valorar, conocer, oír y procurar la distancia exacta con el espacio del otro, de los otros. Faltas de respeto serían las que producen los exceso del ego, una linea central -solista o egomaníaca en tantos casos- que reduce las aportaciones del resto de participantes a acompañantes pasivos. Compañia, quiero recordar, significa compartir el pan.



Más allá de las dificultades de desarrollo de un grupo en nuestros complejos y críticos días, el segundo papel de Ángel es el de buscar este espacio de diálogo para sus últimos trabajos. Las propuestas son investigaciones personales. Quizá se entienda mejor esta composición a cuatro voces de su último disco si lo contrastamos con sus últimas colaboraciones, en donde además de otras sonoridades, como el free jazz, la música étnica o la libre improvisación, queda clara la busqueda de otros -ambitos de conversación que enriquezcan las posibilidades de la composición. Componer no es otra cosa que poner o proponer conjuntamente, recuerdo. Me refiero a sus colaboraciones en duo con Vasco Trilla, con Marc Egea, con Alfonso Muñoz o en trio (Las Ocasiones Perdidas) que patentizan que October Equus antes que un nombre, un posicionamiento reconocible en una comunidad de oyentes, es un modo de hacer no restringido, un espacio en cambio, un método de trabajo, una forma rica que en su evolución constante, va creando un espacio fértil, en donde cada entrega es una etapa que se quiere diferenciar de la anterior, proponer nuevas metas, o simplemente, responder a la peligrosa necesidad real de crear.



¿Cómo describirías la escena músical española de hoy?

No conozco mucho... España no es un país con gran tradición en el tipo de música que yo hago, así que he intentado proyectar más hacia fuera. En Barcelona hay una escena musical muy interesante, alrededor de algunos músicos de vanguardia­, free jazz y que en algunos casos tiene raíces en la música tradicional también.

En cuanto a las discográficas, el último disco que he hecho, October Equus Quartet 'Isla Purgatorio', ha salido con un sello de Albacete, Clamshell Records, que lleva poco tiempo pero tiene ya un fenomenal catálogo con algunas grandes figuras del free jazz y la improvisación libre. Es la primera vez que saco algo con un sello de aquí (salvo los que he sacado en mi propio sello octoberXart, claro) y tengo mucha ilusión por ver qué sale de la experiencia.

Y las salas... Bueno, creo que es una opinión común de todos los músicos que se ha vuelto muy difícil tocar en España, con condiciones nefastas que en gran parte de los casos llegan al extremo de tener que pagar los músicos a las salas para tocar. Pero ya digo, no soy un gran conocedor de la escena española porque el tipo de música que hago nunca ha sido muy exitoso aquí. Aunque tengo la sensación de que en los últimos años se va formando una nueva generación de músicos y oyentes deseosos de explorar nuevas vías que escapen de lo convencional, y consecuentemente se abren otras alternativas a la clásica sala de actuaciones, centros culturales autogestionados y cosas así.



¿En qué modo os apoyáis en los medios digitales, tanto para la creación como para la difusión de vuestro trabajo?

Bueno, a través de internet hemos obtenido valiosos contactos: músicos, sellos, distribuidoras... Prácticamente todo ha sido posible gracias a internet. Cuando hemos organizado una gira en Europa la herramienta principal ha sido internet. Para la creación, frecuentemente he trabajado piezas de músicaintercambiando con otros músicos archivos midi o pistas de audio a través de internet. Para la difusión esfundamental, tanto para nosotros como para las tiendas y distribuidoras que venden nuestros CDs. En micaso, es la única vía de difusión que utilizo, con la excepción de algunas emisoras de radio independientes muy minoritarias.

Supongo que tiene el lado negativo que todo el mundo comenta, las descargas ilegales... Cuando sacamosun disco, en un par de semanas se encuentran multitud de páginas (mayormente rusas o de países delEste de Europa) que lo ofrecen en descarga, gratis o a cambio de dinero (¡!)... Sinceramente no creo que a nosotros nos suponga una gran pérdida en el momento actual. Creo que gran parte del público que nossigue tiende a actuar deliberadamente como fan/benefactor: compran los CDs porque les gusta poseer losobjetos de colección y también están concienciados de que para obtener más música nueva de losmúsicos, estos necesitan de los ingresos que les proporciona la venta de discos. Quizás es una
peculiaridad de la audiencia que escucha determinado tipo de estilos y a artistas de estilos más 'populares',por decirlo de algún modo, sí les afecte más la piratería...




¿Cuales son las ventajas y los inconvenientes de crear con una guitarra?


Pues no sabría decir si es muy diferente de crear con otros instrumentos... Como herramienta de composición el piano es más dúctil y completo. Por otra parte, el riesgo de componer con tu instrumento siempre es que la idea que tienes en la mente tiende a acomodarse a lo que 'viene bien a los dedos' en la traslación. Muchas veces escribo directamente con el ratón en un programa de notación musical para evitar esos clichés,particularmente si escribo para otros instrumentos. A veces me ocurre que estoy trabajando en unacomposición con la guitarra colgada mientras escribo y me veo en la necesidad de dejar aparte la guitarra para concentrarme más en las notas que suenan en mi mente...


Por lo demás la guitarra eléctrica, que es lo que yo toco (aunque el noventa por ciento del tiempo toco con ella desenchufada) permite multitud de enfoques a través de efectos, procesadores, sintetizadores... Es un instrumento extraordinariamente expresivo para la creación 'espontánea'. En directo, en conciertos de improvisación libre, utilizo técnicas diversas que me permiten 'pintar' diferentes paisajes: tapping, afinaciones alternativas, e­bow, manipulaciones electrónicas... La guitarra eléctrica puede resultar sorprendente, algo que no se puede decir de todos los instrumentos.




Tambien pintas y dibujas, ¿qué tipo de sensaciones aporta cada medio, la música y la pintura?


La pintura es un viaje en solitario, y la música, aunque se trate de las composiciones de un solo individuo, acaba siendo un trabajo de equipo la mayor parte de las veces. Pintar es una tarea mucho más sencilla y directa en el sentido de que no requiere de ninguna planificación, ni tener que coordinar las agendas de otras personas, ni de grandes sumas de dinero ni de grandes medios, más allá de disponer del material que necesitas para pintar, y la luz del sol. Por lo demás, no siento que haya una gran relación entre lo que hago como músico o como pintor. Hay quienes ven las notas de colores y cosas así o perciben los cuadroscomo si fueran sinfonías... Bueno, yo no. De hecho me cuesta un poco simultanear ambas cosas, si estoy concentrado por ejemplo haciendo un disco me es muy difícil cambiar el chip y ponerme a pintar repentinamente... Y al revés, claro.



Hablame del peso y el valor de tus influencias


Bueno, yo diría que a través de los años pasas por diferentes fases: primero tratas de emular a tus ídolos; luego tratas de de evitar parecerte a tus ídolos, y finalmente empieza a importarte poco si te pareces o no a otros y te preocupas más de profundizar en tu lenguaje y tratar de encontrar un sentido a lo que haces en el contexto del momento en el que vives, y generalmente es en esta etapa en la que comienza a emerger tu propia voz. Hay afortunados que lo logran con 20 años, y otros que no consiguen escapar jamás de la primera etapa...

En mi caso, como soy más bien perezoso en lo que se refiere a 'estudiar' con la guitarra (de hecho jamás practico ejercicios ni escalas) no he sido capaz nunca de ponerme a aprender nota por nota frases o solos de otros, así que nunca he sido un buen imitador de ningún estilo ni de nadie en particular. Más bien, como
soy autodidacta, he cogido un poco de aquí y un poco de allá, y con eso he ido tirando para adelante. Y tocando con gente, particularmente con gente de otras culturas, se te 'adhieren' cosas que vas incorporando a tu lenguaje casi sin proponértelo. Al darme cuenta muy temprano de que si quería tocar jazz (que es lo que yo quería, ya antes de empezar a tocar) no iba a pasar de ser un pésimo Jim Hall,sobre todo me he esforzado en tratar de ser yo, salga lo que salga, e intentar hacer cosas interesantes.



Consecuentemente, me han interesado músicos con fuerte personalidad que trascienden los géneros, no necesariamente guitarristas. Gente como Piazzolla, Hermeto Pascoal, Mingus, Lars Hollmer... Incluso los Beatles. Carla Bley y Michael Mantler en los 60 y 70, McLaughlin, algunos de los grupos que el sello
Cuneiform Records sacó en sus primeros años, René Lussier, Jean Derome, el grupo Henry Cow y todo lo que hicieron sus componentes en sus carreras en solitario... Jimmy Giuffre era sensacional. Debussy, Messiaen... Guitarristas como Hans Reichel o Fred Frith... También me gusta mucho Terje Rypdal, como
guitarrista y como compositor. Ahora estoy escuchando mucho la big­band de Toshiko Akiyoshi con Lew Tabackin, la fusión que hacen de big­band a lo Ellington con elementos de música japonesa me tiene fascinado. Todos estos me han interesado sobremanera (y muchos otros que me dejo), y de todos ellos
tengo influencias que reconozco, o sea que me doy cuenta que las tengo... Luego están las influencias subconscientes, que uno tiene pero no controla, y que afloran sin que uno se de cuenta... Esas son más difíciles de gestionar pero están ahí...




¿Cuáles son tus motivaciones para componer?

No tengo grandes motivaciones, es lo que me gusta hacer así que eso es lo que hago, ¿hay mejor motivación que esa? Frecuentemente compongo porque necesito sacar un disco para pagar los recibos, pero como es algo que me gusta hacer suelo tener los deberes hechos y a la hora de juntar material para un disco sólo tengo que escribir una pieza nueva o dos porque ya he acumulado material suficiente.

Siempre tengo música en el cajón. Puede darse el caso de que escriba material nuevo para un nuevo proyecto de banda, eso siempre es muy excitante. Me gusta escribir pensando en la personalidad de los músicos que van a tocar las composiciones, eso me motiva también.



¿Cuál sería tu objetivo más inmediato, y tu sueño más a largo plazo, dentro de la música?


Como objetivo inmediato seguir alimentando el sello octoberXart, que he creado para sacar la música que hago. Desde su creación en Mayo de 2012 hasta ahora hemos logrado sacar 3 CDs, 2 CD/Rs y 8 álbumes disponibles sólo en descarga digital. Para un año y unos pocos meses, no está nada mal, creo yo. Tengo varios discos que quiero sacar en 2014: otro disco de October Equus en septeto, la publicación del 'disco perdido' de October Equus, una larga suite que compuse para un disco que saldría tras nuestro primer disco y antes de Charybdis y que nunca llegamos a grabar; estoy ahora mismo finalizando los arreglos para un segundo volumen de Mundo Flotante... Esas son las cosas más inmediatas, que deberíanocuparnos hasta más o menos la mitad del año que viene. Y también poder promocionar en directo el October Equus Quartet, con el material del disco que acaba de salir, 'Isla Purgatorio'; eso me gustaría mucho.

Mi sueño, a largo y a corto plazo, es poder afrontar sin dificultades económicas cualquier proyecto que emprenda. Como no tengo grandes ambiciones de tocar con músicos legendarios ni nada parecido porque los músicos con los que toco son tan buenos como los mejores, mis grandes sueños guardan relación con la falta de medios, que siempre es el mayor obstáculo para llevar a cabo nuevos proyectos.

También me gustaría mucho hacer música para cine, documentales, teatro, danza... Definitivamente este es uno de mis sueños.



 ¿Cómo entiendes el trabajo en grupo, cómo lo gestionáis, desde el punto de vista creativo y cualquier otro?

Suele empezar con que yo imagino un nuevo proyecto, que puede ser otro disco de October Equus, una cosa nueva, una idea muy vaga sobre algo... Se lo comento a los músicos con los que colaboro, o a veces les doy tres o cuatro opciones. Le damos vueltas, discutimos si es viable... Por ejemplo, para el disco
Permafrost llamé al teclista de OE, Víctor Rodríguez (que es mi hermano, por cierto), y le propuse hacer un disco nuevo en tiempo record, partiendo de cero y utilizando solamente música nueva, compuesta para ese disco. Se me ocurrió que podríamos hacerlo volviendo al formato de cuarteto de guitarra, teclados, bajo y
batería de nuestro primer disco (el anterior, Saturnal, se grabó en septeto) y que podríamos componer todo el material a medias, que es algo que no solemos hacer. Tardamos mes y medio ultra­intenso en tener todas las partituras, tardamos más o menos un mes en grabarlo todo y Amanda Pazos Cosse tardó unos15 días en mezclarlo (ella es la bajista de OE y mis otros proyectos y mi pareja, suele mezclar siempre nuestros trabajos; es el 'técnico de sonido' de octoberXart). Lo mandamos a masterizar a Udi Koomran, que tardó unos pocos días, y a la fábrica.



Este es un típico proyecto de la casa, realizado a partir de que me levanto una mañana con un arrebatoy pongo a todo el mundo a funcionar. No siempre puede ser así, por ejemplo 'Isla Purgatorio' ha tardado un par de años en ponerse en marcha, hasta que al terminar con Permafrost encontramos la ocasión de juntarnos los cuatro para ensayar, con la excusa de una mini­gira del grupo en Francia. En este caso, yo he escrito todas las composiciones, pero en el sonido final del grupo ha sido fundamental la aportación estilística de cada uno, al haber una mayor tendencia a la improvisación. Vasco Trilla colabora muy activamente a la hora de encontrar los músicos adecuados a cada ocasión, tiene una enorme agenda y sugiere mucho y acertadamente. Él trajo al saxofonista Alfonso Muñoz, que ha tocado en varios de nuestros proyectos, y también me puso en contacto con el zanfonista Marc Egea, con el que he grabado un disco en directo que me parece de lo mejor que yo he hecho en el terreno de la improvisación, y con el que espero contar para futuros proyectos. En October Equus es muy importante la participación de Víctor, que compone gran parte de la música y marca una línea estética muy definida.

En cuanto al tema financiación, grabaciones, coordinación, logística, infraestructura, habitualmente es cosa de Amanda y mía.



Elige una guitarra, la que quieras, pero dime por qué


Uf... Esto es difícil, no todas son buenas para todo y hasta la peor guitarra puede tener alguna cualidad quela hace especial. Además, mi experiencia está limitada a lo que he tenido. Dicho esto, quizás con la guitarra que yo me he sentido más cómodo ha sido una Gibson Les Paul Junior Special con dos pastillas P­90 'soapbar'. Es una guitarra muy sencilla, con el cuerpo de caoba, sin la característica tapa de arce de las Les Paul, y el gran sonido de las P­90, redondo y con filo al mismo tiempo. Posiblemente son mis pastillas favoritas.

Con la guitarra que más he tocado porque es la que me permite más flexibilidad es con una custom fabricada por un luthier, que monta dos pastillas Bartolini, es semi­hueca y tiene un puente de guitarra acústica que antaño tenía funcionando un sistema piezo­eléctrico, combinable con las pastillas, que algún día haré restaurar. Tiene 24 trastes y un comodísimo acceso a la parte alta, cuerpo de caoba, tapa de arce 'ojo de pájaro' y diapasón de ébano, con mástil encolado. Utilizo mayormente la single coil del mástil, que tiene un sonido increíble y único, muy transparente aunque no muy bueno para distorsiones fuertes. Me
funciona muy bien con las afinaciones alternativas (en un concierto de improvisación puedo cambiar de afinación cuatro o cinco veces) y como pasa las cuerdas a través del cuerpo tiene mucha resonancia y me gusta cómo suena el tapping con ella. Con esta guitarra llevo tocando varios años en directo, y he grabado un disco de guitarra experimental en solo, 'Land of Rain and Steel'.

No puedo elegir una... Me gustan mucho las Ibanez Artist de principios de los 80, son guitarras fantásticas, Les Paul mejoradas. Y tengo que decir que tuve una Danelectro, una guitarra fabricada con aglomerado y cartón, que sonaba maravillosamente, a lo que posiblemente no eran ajenas las pastillas Lipstick que
montaba. Era una de las actuales, muy bien fabricada y muy barata. ¡El sonido de Syd Barrett en el primer disco de Pink Floyd por menos de 300 euros!

De todos modos, una buena guitarra eléctrica no es nada sin un amplificador que le haga justicia. Soy fan de Sinmarc, una marca de aquí que hizo unos amplificadores formidables. Tuve uno de principios de los 70 basado en el esquema del Twin Reverb que sonaba mucho mejor que el original. También utilicé durante años un Fender Bassman Blackface de 1966 que sonaba increíble.



Tu mejor recuerdo del trabajo de estos años


Pues es difícil también escoger uno... Por ejemplo, el año pasado hicimos con el grupo Ofir (arreglos en clave de jazz­rock de canciones tradicionales sefardíes) una gira por la costa del Mediterráneo hasta Macedonia. Hicimos 7000 kilómetros en furgoneta tocando en algunos sitios increíbles, y el último concierto en la Sinagoga del Tránsito de Toledo fue uno de los momentos más gratificantes de mi carrera.



¿Cuál crees que es el espacio que ocupa el rock ahora mismo?

Como nunca me he considerado lo que se dice un músico de rock, o al menos 'a la usanza', me es difícil contestar. Puedo hablar del área del rock con la que yo estoy más relacionado, lo que llaman 'avant­prog' o Rock in Opposition, que vive un momento de auge sorprendente. Aunque a veces tengo la sensación de que la proliferación de bandas en este tipo de música ha sido tan repentina que no ha dado tiempo a quese establezca una audiencia para todo lo que hay. Dicho de otro modo, parece que hay más bandas que público... Pero si el fenómeno continúa, el público aparecerá.

Creo que las etiquetas se están diluyendo un poco, en la actualidad hay muchos puentes entre los géneros y se está creando una 'tierra de nadie' apasionante en la que confluyen los estilos y que está dando música muy excitante. Ahí está apareciendo gente de mucho talento que anda a medio camino
entre la clásica, el rock, las músicas tradicionales, la experimentación...



¿En qué modo son diferentes los trabajos de Ángel Ontalva de los de October Equus? ¿Qué busca cada perfil?

October Equus sigue una línea estética muy definida en la que no cabe todo, influenciada por la música clásica del siglo XX y lo que llaman Rock In Opposition. En October Equus componemos Víctor y yo, más o menos al cincuenta por ciento. Trato de que el material que escribo para October Equus sea coherente con las composiciones de Víctor.

Aparte, escribo una gran cantidad de música que no encaja con la línea de October Equus, en composiciones sueltas que voy guardando por ahí sin muchas pretensiones o también para proyectos concretos. Algunos de esos proyectos suelen estar relacionados de alguna manera con las Músicas del Mundo (una etiqueta que no dice gran cosa, pero para entendernos...), como fue Transarabian Connection, un grupo que fusionaba rock progresivo con música del Mahgreb, cantado en árabe, u Ofir, a los que mencioné antes, con los que hacíamos el tradicional repertorio sefardí de una forma única y muy vibrante, a mi entender...

En Diciembre de 2012 publiqué un disco a mi nombre que reflejaba un poco mi interés por la música árabe, africana y oriental en clave de jazz­rock­progresivo a lo Canterbury, llamado 'Mundo Flotante'. Fue el primer CD 'oficial' que sacamos en nuestro sello octoberXart, y como dije antes, estoy ultimando las composiciones para un segundo volumen que quizás deja un poco de lado el aspecto jazzístico en beneficio de un cruce entre sonoridades como balcánicas y orientales con arreglos que se acercan más al sonido RIO y abundantes pasajes psicodélicos. Lo que hago como improvisador guarda alguna relación con ambas facetas, aunque de una forma más libre y experimental.

Música que guarda relación con la música étnica, o que es abiertamente melódica, o por otra parte que sea totalmente improvisada o más radical, todo esto generalmente me lo guardo para mí porque no creo que encaje bien con la línea de October Equus. A veces hay conflictos, y algún tema ha estado rotando en los repertorios de OE, de Mundo Flotante, del Quartet... A veces la diferencia de estilos en las composiciones no está tan definida y no puedes evitar que un área se contamine un poco de la otra...



Pide un deseo

Como dije antes, desahogo económico para poder abordar mis proyectos, tanto si se tratase de un duo como de una orquesta.